
La exposición en números
-
1 Artista
-
3 Museos
-
2 Declaraciones de interés cultural (Por la Presidencia de la República de Costa Rica y el Ministerio de Cultura de Costa Rica)
-
+12 Meses de preparación
-
+1.200 metros cuadrados de exhibición en las tres locaciones
-
+47 Obras (Pinturas, instalaciones, videoarte)
-
+200 Horas de montaje
-
+20.000 Visitas registradas
-
+220 Días de exhibición
-
6 Países que cubrieron la noticia (Costa Rica, México, Panamá, Portugal, USA y Venezuela)
-
+14 Medios de comunicación (CNN Español, Teletica, Repretel, Canal 13, La Nación, La República, RDP, eldiario.com, Jornal da Madeira, )
-
+30 Reportajes, notas y menciones



“Alzheimer: The Hidden Memories” es un poderoso recorrido visual que humaniza la experiencia del Alzheimer, fusionando arte y educación para generar conciencia y empatía. La exposición revela el impacto emocional y cognitivo de la enfermedad a través de cada obra de arte. Ha sido declarada de interés cultural en Costa Rica y elogiada por su profundidad educativa.

Partiendo de una serie de reflexiones sobre la enfermedad Alzheimer, el deterioro de la memoria y sus dolorosas consecuencias, el proyecto del artista Heriberto Gomes plantea el señalamiento de aspectos preocupantes sobre este padecimiento, los cuales han sido ampliamente estudiados por las ciencias de la salud mental, sólo que esta vez nos presenta una particular manera de mirarla y sondear a través del arte y sus representaciones formales el tan deseado acercamiento entre las humanidades y la ciencia bajo las premisas del arte contextual ALZHEIMER, THE HIDDEN MEMORIES representa un aspecto innovador y medular en la construcción discursiva del modo artístico participativo.
Atender el tema del Alzheimer desde el rol del artista en el espacio social y su compromiso.
Ofrecer a través de esta operación estética la invitación a reflexionar sobre la memoria y el olvido, fomenta no sólo la posibilidad de abrir puertas y crear nuevos puntos de encuentro dentro de un contexto inclusivo como el museo para la confrontación entre campos de estudios aparentemente lejanos como son el arte y la ciencia, sino que en este intersticio roza límites que generan particulares e interesantes interrogantes para ambas disciplinas.
En todo caso como mencionó una vez Cristina Peri Rossi en El gozo integral “hay asuntos humanos que no podemos entender sin el cruce de disciplinas” y que “todas las disciplinas científicas comparten una ilusión: comprender la realidad. Pero también las artes y las disciplinas humanísticas tienen la ilusión de comprender la realidad: los deseos, los conflictos, las relaciones entre las personas, sus sueños, sus obsesiones.
Por eso es tan importante descubrir el papel de las proteínas en el cáncer como contemplar El naufragio de la esperanza, de Caspar. D Friedrich, leer la carta al padre de Kafka o escuchar la Bachiana Nº5 de Héctor Villalobos”.
Los trabajos presentados han sido concebidos en variadas expresiones, observamos distintos ordenes artísticos que van desde pinturas, pasando por ensamblajes, fotografía, video, instalaciones hasta llegar al art action, además de otros recursos ,porque sí algo pretende explorar esta propuesta es una nueva aproximación a los procesos de la emocionalidad, como objeto de investigación plástica, la pérdida de la memoria, el horror vacui como concepto de lo incierto, a través de esta sugestiva senda expositiva.
Heriberto Gomes propone circular por los distintos espacios del Museo nos invita a despojarnos del tiempo y a adentrarnos en esta especie de “Tempos fractales” a estar afuera y adentro, reflexionar aproximándonos a la existencia de seres humanos con marcos de referencias distintas debido a sus condiciones neurológicas y al padecimiento de esta compleja enfermedad. Un intento por comprender la experiencia de las relaciones existenciales desde el universo de la abstracción y mostrarla mientras nos reconduce hacia ese -otro- sistema constructivo de comprensión del mundo, donde esos hilos envolventes similares a las conexiones de un cerebro deteriorado en lugar de atar nuestras singulares memorias y conservarlas las desata transformándolas en vestigios desconectados a nuestras vidas y a nuestras familias. Una especie de agujeros aparecen en los tejidos ,los rompen como signo de la transformación de esas vidas ausentes, desdibujándolas miran hacia y en otra dirección, huecos vacíos e invisibles presentes en nuestras sociedades: la perdida de la memoria.
Matilde Sánchez